EVALUACIÓN FINAL LENGUA MATERNA II
Fase de la estrategia de aprendizaje:
Fase de Planeación: Organizando ideas.
Lengua
Materna II
Fase de la estrategia de aprendizaje:
Fase de Planeación: Organizando ideas.
Tutora:
Jenni Marcela Cárdenas
Estudiantes:
Sayuris
Castro
Eunice
Herrera
Alberto
Frías Tapia
Arline
Amaya
Gleicer Arroyo
Grupo:
551002_20
Universidad
Nacional Abierta y a Distancia UNAD
Facultad
de Ciencias de la Educación
Programa:
Lic. En Etnoeducación
CEAD:
Roberto Salazar, Cartagena
Fecha: Octubre – 3 – 2015
Actividad Individual
Actividad Individual
Introducción
Realizar de este trabajo nos invita a la construcción de actividades que nos proporciona conocimiento ademas de herramientas virtuales con las cuales podemos diseñar actividades didácticas.
Las estrategias a escoger son las siguientes:
- RAE
- Organizador gráfico.
- Cuadro de características.
- Video
- Lluvia de ideas.
Al igual que las lecturas, las estrategias no se deben repetir dentro del grupo.
La entrega de la estrategia se realiza por medio del Foro Fase de Planeación: Organizando ideas. Entorno Colaborativo.
Eunice Herrera: Cuadro de características
Tema
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Características
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El
español en el siglo xxI
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-Está amenazado por la red.
-La necesidad inminente de internarse en los territorios virtuales de Microsoft
por lo que los Académicos de la Real lengua Española, Academias
Hispanoamericanas y la academia norteamericana de la lengua Española tomaron
decisiones importantes en el congreso de Valladolid que se llevó a cabo entre el 16 al 19 de
octubre 2001 entre las que tenemos:
-Computarizar
de su gigantesca base de datos.
-Creación de
una red informática que comunique a todas las academias de la lengua española,
por medio de páginas web y email.
-La comisión de vocabulario técnico presentó el diccionario español-inglés,
inglés-español de términos usados en informática.
-El diccionario de la real lengua española, triplico
los americanismos aceptados hasta ahora y se actualizara cada semana a través
de la red (rae.es/diccionario).
-se firmó un convenio entre el director de La Real
lengua Española y Bill Gates y el imperio Microsoft, que le permite a
Microsoft acceder al banco de datos de la Real Academia, y a los académicos
intervenir en la traducción al español de los términos de utilización y
acceso.
-La creación y sostenimientos de sitios en la red, como
medio de potencialización del español
en la red.
-gracias a que la mejor literatura del mundo es la que
se está escribiendo en español, en el siglo xxi se habla español
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Gleicer Arroyo: Video
Sayuris Castro: RAE
![]() |
UNIVERSIDAD
NACIONAL ABIERTA Y A DISTANCIA
METODOLOGÍA
DEL TRABAJO ACADÉMICO
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RESUMEN
ANALÍTICO DE ESCRITOS
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PAÍS
O REGIÓN:
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Colombia
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NÚMERO:
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1
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TÍTULO:
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El
Español Que Se Habla en los Medios
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AUTOR
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Sayuris
Castro Orozco
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PUBLICACIÓN:
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Lecturas unidad 1
EL ESPAÑOL QUE SE HABLA EN LOS
MEDIOS PAG 35 - 38.pdf
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UNIDAD:
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1
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PALABRAS
CLAVES:
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Comunicación,
locutores, libros, prensa escrita, radio, televisión.
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DESCRIPCIÓN:
El
tema que vamos a resumir es el idioma español que se habla en los medios,
básicamente es el trato que se le da a
este sobre los diferentes medios de
comunicación audiovisuales en
comparación con algunos libros editados por los periódicos, también se
hablan del mal uso que se le da a este mismo al afirmar que es más peligroso
para la salud del idioma el mal uso que se la da en la prensa escrita que en
la radio o la televisión.
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FUENTES:
2
EL ESPAÑOL QUE SE HABLA EN LOS MEDIOS (UNAD)
Alberto
Gómez Font
Fundación
del Español Urgente
Emisora
Radio Caracol
Libro:
Redacción y locución en medios audiovisuales
Libro:
Teleperversión de la lengua
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CONTENIDOS:
El
documento inicia con una cita en latín
(Verba volant, scripta manent) tomado de un discurso de Cayo Tito al senado
romano, el cual significa las palabras vuelan, lo escrito queda, siguiendo
con una breve explicación de los
problemas o errores más frecuentes que presenta el idioma español en la
prensa escrita ya que en los medios audiovisuales estos no quedan mientras
que si lo hacen en los impresos.
Prosiguiendo
citando referencias de libros entre los años 1980 y 1990.
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METODOLOGÍAS:
La
metodología utilizada en este texto fue la comparativa entre los medios de
comunicación audiovisual y la prensa
escrita.
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CONCLUSIONES
Después
de la realización de este rae podemos concluir que existen muchas y variadas
maneras de comunicación del idioma español, y tener claridad para afirmar que
el número de hablantes del idioma español que leen periódicos o revistas es
muchísimo menor que el de los que solo ven la televisión o escuchan la radio.
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Alberto Frias: Lluvia de Ideas
El español en contacto con el mundo
Desde la época ya lejana en que España se convirtió en el imperio más grande del mundo, con presencia en los cuatro puntos cardinales, el idioma Castellano ha tenido gran influencia en el hacer socio-cultural, político y económico de todo el orbe. Bajo esa condición, de ser la lengua de la más grande potencia colonial de entonces, en palabras de Juan Ramón Lodares (2002, p.169), “el español recorrió ese camino desde finales del siglo XV hasta principios del XIX”; tiempo dentro del cual, además de su indiscutible presencia como lengua de una de esas potencias “que abrían rutas mercantiles o las aprovechaban una vez abiertas, que tenían ejércitos poderosos (…), diplomacia hábil, empresarios y emigrantes bien dispuestos”, también se generó el momento esencial de su expresión, denominado “Siglo de Oro” de la Literatura Española, aproximadamente entre mediados del siglo XVI y buena parte del siglo XVII, cuando para el mundo conocido surgió un notable conjunto de obras, autores y personajes literarios que hoy, más de cuatro siglos después, pertenecen al patrimonio espiritual de la humanidad:
Cervantes, El Quijote, Lope de Vega, Calderón de la Barca, San Juan de la Cruz, Fray Luis de León, El Lazarillo de Tormes, Santa teresa de Jesús y muchos más; a la vez que fue el momento en que la lengua como tal adquirió mayor solidez en sus componentes comunicativos y gramaticales. Aspectos que años después serían fundamentados con la presencia y el trabajo permanente sobre el idioma por parte de la Real Academia Española de la Lengua, fundada en 1713.
Para entonces el español influyó y a la vez recibió influencias de las lenguas más cercanas en el medio europeo, sobre todo del Francés y el Italiano, al tiempo que ampliaba su potencial léxico y expresivo mediante el gran aporte de las lenguas indígenas americanas; lo que luego se ampliaría aún más en su relación con otras lenguas neolatinas, como el portugués, y con la cercanía política, económica y cultural del inglés.
Desde atrás, y ubicándonos en los tiempos de ahora, nos encontramos con una lengua española bastante fortalecida y siempre presente en el mundo globalizado, no solamente de la política y la economía sino también de la cultura.
Así, contamos hoy con una lengua cuyos hablantes superan los cuatrocientos millones, ubicados en 21 países, siendo Hispanoamérica la que, según Rosario Llorente (en Borrego Nieto et al, 2003, p. 235) “alberga, aproximadamente, al noventa por ciento de todos los hispanohablantes”.
Pero lo significativo de esa vigencia del Español en el mundo también está en el hecho de que contemos, especialmente desde finales del siglo XX, con amplias comunidades de habla hispana en otros territorios y culturas en los que su inf fluencia es innegable. Se trata, por ejemplo, de la presencia hispana en países como los Estados Unidos y Francia.
De esa manera, en la actualidad el Castellano constituye una realidad lingüística de vastas proporciones en intercambio permanente con las demás lenguas y culturas del mundo, toda vez que su aprendizaje y uso se hacen imprescindibles en el medio global de los negocios, la ciencia, la tecnología, la política, el arte y la cultura.
El español de hoy Como anotáramos antes, el español cuenta con aproximadamente 400 millones de hablantes en el mundo, lo que permite considerarlo entre las lenguas más importantes. En ese sentido vale aclarar, con Juan Ramón Lodares (2001) que el número de hablantes no lo es todo para una lengua. Que una lengua sea grande y se hable en varios países no quiere decir que sea genuinamente internacional. Internacional, universal, global, franca, son adjetivos pomposos que se aplican a las lenguas con mucha generosidad. Sólo hay tres lenguas en el mundo que se hablan en una cantidad notable de países, digamos de quince para arriba: el inglés, el francés y el español. Las demás lenguas del mundo, grandes o pequeñas, no conocen nada igual (p. 168-169).
Eso indica, ente otros aspectos, que de las lenguas romances, neolatinas o derivadas del latín, según Cabral et al (1977, p. 653), “el español es la que usan mayor número de personas en el mundo. (…) Los que hablan portugués, francés, italiano y rumano suman, todos juntos, algo menos que los hispanohablantes”. De una u otra manera, el español se habla en 21 Estados y en diferente latitudes: España, Islas Baleares, Islas Canarias, Guinea Ecuatorial, Hispanoamérica continental e insular, Filipinas, junto con los denominados grupos sefarditas o sefardíes, descendientes de los antiguos judíos expulsados de España y Portugal en 1492 y 1496
Alberto Frias Tapia 551002_20 CCAV Roberto de Jesús Salazar Ramos (Cartagena)
Taller 1: TALLER 1_COMPRENDER PARA ENTENDER.pdf
Taller 1: TALLER 1_COMPRENDER PARA ENTENDER.pdf
EL AHOGADO MÁS HERMOSO
DEL MUNDO
Los primeros niños
que vieron el promontorio[H1]
oscuro y sigiloso que se acercaba por el mar, se hicieron la ilusión de que era
un barco enemigo. Después vieron que no llevaba banderas ni arboladura, y
pensaron que fuera una ballena. Pero cuando quedó varado en la playa le
quitaron los matorrales de sargasos[H2] ,
los filamentos de medusas y los restos de cardúmenes y naufragios que llevaba
encima, y sólo entonces descubrieron que era un ahogado. Habían jugado con él
toda la tarde, enterrándolo y desenterrándolo en la arena, cuando alguien los
vio por casualidad y dio la voz de alarma en el pueblo. Los hombres que lo
cargaron hasta la casa más próxima notaron que pesaba más que todos los muertos
conocidos, casi tanto como un caballo, y se dijeron que tal vez había estado
demasiado tiempo a la deriva y el agua se le había metido dentro de los huesos.
Cuando lo tendieron en el suelo vieron que había sido mucho más grande que
todos los hombres, pues apenas si cabía en la casa, pero pensaron que tal vez
la facultad de seguir creciendo después de la muerte estaba en la naturaleza de
ciertos ahogados. Tenía el olor del mar, y sólo la forma permitía suponer que
era el cadaver[H3]
de un ser humano, porque su piel estaba revestida de una coraza de rémora[H4]
y de lodo.
No tuvieron que
limpiarle la cara para saber que era un muerto ajeno. El pueblo tenía apenas
unas veinte casas de tablas, con patios de piedras sin flores, desperdigadas[H5]
en el extremo de un cabo desértico. La tierra era tan escasa, que las madres
andaban siempre con el temor de que el viento se llevara a los niños, y a los
muertos que les iban causando los años tenían que tirarlos en los acantilados[H6] .
Pero el mar era manzo[H7]
y pródigo, y todos los hombres cabían en siete botes. Así que cuando se encontraron
el ahogado les bastó con mirarse los unos a los otros para darse cuenta de que
estaban completos. Aquella noche no salieron a trabajar en el mar. Mientras los
hombres averiguaban si no faltaba alguien en los pueblos vecinos, las mujeres
se quedaron cuidando al ahogado. Le quitaron el lodo con tapones de esparto[H8] ,
le desenredaron del cabello los habrojos[H9]
submarinos y le rasparon la rémora con fierros de desescamar[H10] pescados. A medida que lo hacían, notaron
que su vegetación era de océanos remotos y de aguas profundas, y que sus ropas
estaban en piltrafas, como si hubiera navegado por entre laberintos de corales.
Notaron también que sobrellevaba la muerte con altivez, pues no tenía el
semblante solitario de los otros ahogados del mar, ni tampoco la catadura
sórdida y menesteroso[H11] de los ahogados fluviales. Pero solamente
cuando acabaron de limpiarlo tuvieron conciencia de la clase de hombre que era,
y entonces se quedaron sin aliento. No sólo era el más alto, el más fuerte, el
más biril[H12] y el mejor armado que habían visto jamás,
sino que todavía cuando lo estaban viendo no les cabía en la imaginación. No
encontraron en el pueblo una cama bastante grande para tenderlo ni una mesa
bastante sólida para velarlo. No le vinieron los pantalones de fiesta de los
hombres más altos, ni las camisas dominicales de los más corpulentos, ni los
zapatos del mejor plantado. Fascinadas por su desproporción y su hermosura, las
mujeres decidieron entonces hacerle unos pantalones con un pedazo de vela
cangreja, y una camisa de bramante de novia, para que pudiera continuar su
muerte con dignidad. Mientras cocían sentadas en círculo, contemplando el
cadáver entre puntada y puntada, les parecía que el viento no había sido nunca
tan tenaz ni el Caribe había estado nunca tan ansioso como aquella noche, y
suponían que esos cambios tenían algo que ver con el muerto. Pensaban que si
aquel hombre magnífico hubiera vivido en el pueblo, su casa habría tenido las
puertas más anchas, el techo más alto y el piso más firme, y el vastidor[H13] de su cama habría sido de cuadernas
maestras con pernos de hierro, y su mujer habría sido la más feliz. Pensaban
que habría tenido tanta autoridad que hubiera sacado los peces del mar con sólo
llamarlos por sus nombres, y habría puesto tanto empeño en el trabajo que
hubiera hecho brotar manantiales de entre las piedras más aridas[H14] y hubiera podido sembrar flores en los
acantilados. Lo compararon en secreto con sus propios hombres, pensando que no
serían capaces de hacer en toda una vida lo que aquél era capaz de hacer en una
noche, y terminaron por repudiarlos en el fondo de sus corazones como los seres
más escuálidos[H15] y mezquinos de la tierra. Andaban
extraviadas por esos dédalos de fantasía, cuando la más vieja de las mujeres,
que por ser la más vieja había contemplado al ahogado con menos pasión que
compasión, suspiró: —Tiene cara de llamarse Esteban. Era verdad. A la mayoría
le bastó con mirarlo otra vez para comprender que no podía tener otro nombre.
Las más porfiadas, que eran las más jovenes[H16] , se mantuvieron con la ilusión de que al
ponerle la ropa, tendido entre flores y con unos zapatos de charol, pudiera llamarse
Lautaro. Pero fue una ilusión vana. El lienzo resultó escaso, los pantalones
mal cortados y peor cosidos le quedaron estrechos, y las fuerzas ocultas de su
corazón hacían saltar los botones de la camisa. Después de la media noche se
adelgazaron los silvidos[H17] del viento y el mar cayó en el sopor del
miércoles. El silencio acabó con las últimas dudas: era Esteban. Las mujeres que
lo habían vestido, las que lo habían peinado, las que le habían cortado las
uñas y raspado la barba no pudieron reprimir un estremecimiento de compasión
cuando tuvieron que resignarse a dejarlo tirado por los suelos. Fue entonces
cuando comprendieron cuánto debió haber sido de infeliz con aquel cuerpo
descomunal, si hasta después de muerto le estorbaba. Lo vieron condenado en
vida a pasar de medio lado por las puertas, a descalabrarse con los travezaños[H18] , a permanecer de pie en las visitas sin
saber qué hacer con sus tiernas y rosadas manos de buey de mar, mientras la
dueña de casa buscaba la silla más resistente y le suplicaba muerta de miedo
siéntese aquí Esteban, hágame el favor, y él recostado contra las paredes,
sonriendo, no se preocupe señora, así estoy bien, con los talones en carne viva
y las espaldas escaldadas de tanto repetir lo mismo en todas las visitas, no se
preocupe señora, así estoy bien, sólo para no pasar verguenza[H19] de desbaratar la silla, y acaso sin haber
sabido nunca que quienes le decían no te vayas Esteban, espérate siquiera hasta
que hierba el café, eran los mismos que después susurraban ya se fue el bobo
grande, qué bueno, ya se fue el tonto hermoso. Esto pensaban las mujeres frente
al cadáver un poco antes del amanecer. Más tarde, cuando le taparon la cara con
un pañuelo para que no le molestara la luz, lo vieron tan muerto para siempre,
tan indefenso, tan parecido a sus hombres, que se les abrieron las primeras
grietas de lágrimas en el corazón. Fue una de las más jóvenes la que empezó a
sollozar. Las otras, asentándose entre sí, pasaron de los suspiros a los
lamentos, y mientras más sollozaban más deseos sentían de llorar, porque el
ahogado se les iba volviendo cada vez más Esteban, hasta que lo lloraron tanto
que fue el hombre más desvalido de la tierra, el más manso y el más servicial,
el pobre Esteban. Así que cuando los hombres volvieron con la noticia de que el
ahogado no era tampoco de los pueblos vecinos, ellas sintieron un vacío de
júbilo entre las lágrimas. — ¡Bendito sea Dios —suspiraron—: es nuestro! Los
hombres creyeron que aquellos aspavientos no eran más que frivolidades de
mujer. Cansados de las tortuosas averiguaciones de la noche, lo único que
querían era quitarse de una vez el estorbo del intruso antes de que prendiera
el sol bravo de aquel día árido y sin viento. Improvisaron unas angarillas con
restos de trinquetes y botabaras[H20] , y las amarraron con carlingas de altura,
para que resistieran el peso del cuerpo hasta los acantilados. Quisieron
encadenarle a los tobillos un ancla de buque mercante para que fondeara sin
tropiezos en los mares más profundos donde los peces son ciegos y los buzos se
mueren de nostalgia, de manera que las malas corrientes no fueran a devolverlo
a la orilla, como había sucedido con otros cuerpos. Pero mientras más se
apresuraban, más cosas se les ocurrían a las mujeres para perder el tiempo.
Andaban como gallinas asustadas picoteando amuletos de mar en los arcones, unas
estorbando aquí porque querían ponerle al ahogado los escapularios del buen
viento, otras estorbando allá para abrocharse una pulsera de orientación, y al
cabo de tanto quítate de ahí mujer, ponte donde no estorbes, mira que casi me
haces caer sobre el difunto, a los hombres se les subieron al hígado las
suspicacias y empezaron a rezongar que con qué objeto tanta ferretería de altar
mayor para un forastero, si por muchos estoperoles y calderetas que llevara
encima se lo iban a masticar los tiburones, pero ellas seguían tripotando[H21] sus reliquias de pacotilla, llevando y
trayendo, tropezando, mientras se les iba en suspiros lo que no se les iba en
lágrimas, así que los hombres terminaron por despotricar que de cuándo acá
semejante alboroto por un muerto al garete, un ahogado de nadie, un fiambre de
mierda. Una de las mujeres, mortificada por tanta insolencia, le quitó entonces
al cadáver el pañuelo de la cara, y también los hombres se quedaron sin
aliento. Era Esteban. No hubo que repetirlo para que lo reconocieran. Si les
hubieran dicho Sir Walter Raleigh, quizás, hasta ellos se habrían impresionado
con su acento de gringo, con su guacamayo en el hombro, con su arcabus[H22] de matar caníbales, pero Esteban solamente
podía ser uno en el mundo, y allí estaba tirado como un sábalo, sin botines,
con unos pantalones de sietemesino y esas uñas rocallosas que sólo podían
cortarse a cuchillo. Bastó con que le quitaran el pañuelo de la cara para darse
cuenta de que estaba avergonzado, de que no tenía la culpa de ser tan grande,
ni tan pesado ni tan hermoso, y si hubiera sabido que aquello iba a suceder
habría buscado un lugar más discreto para ahogarse, en serio, me hubiera
amarrado yo mismo un ancora de galón en el cuello y hubiera trastabillado como
quien no quiere la cosa en los acantilados, para no andar ahora estorbando con
este muerto de miércoles, como ustedes dicen, para no molestar a nadie con esta
porquería de fiambre que no tiene nada que ver conmigo. Había tanta verdad en
su modo de estar, que hasta los hombres más suspicaces, los que sentían amargas
las minuciosas noches del mar temiendo que sus mujeres se cansaran de soñar con
ellos para soñar con los ahogados, hasta ésos, y otros más duros, se
estremecieron en los tuétanos con la sinceridad de Esteban. Fue así como le
hicieron los funerales más espléndidos que podían concebirse para un ahogado exposito[H23] . Algunas mujeres que habían ido a buscar
flores en los pueblos vecinos regresaron con otras que no creían lo que les
contaban, y éstas se fueron por más flores cuando vieron al muerto, y llevaron
más y más, hasta que hubo tantas flores y tanta gente que apenas si se podía
caminar. A última hora les dolió devolverlo huérfano a las aguas, y le
eligieron un padre y una madre entre los mejores, y otros se le hicieron
hermanos, tíos y primos, así que a través de él todos los habitantes del pueblo
terminaron por ser parientes entre sí. Algunos marineros que olleron[H24] el llanto a distancia perdieron la certeza
del rumbo, y se supo de uno que se hizo amarrar al palo mayor, recordando
antiguas fábulas de sirenas. Mientras se disputaban el privilegio de llevarlo
en hombros por la pendiente escarpada de los acantilados, hombres y mujeres
tuvieron conciencia por primera vez de la desolación de sus calles, la áridez[H25] de sus patios, la estrechez de sus sueños,
frente al esplendor y la hermosura de su ahogado. Lo soltaron sin ancla, para
que volviera si quería, y cuando lo quisiera, y todos retuvieron el aliento
durante la fracción de siglos que demoró la caída del cuerpo hasta el abismo.
No tuvieron necesidad de mirarse los unos a los otros para darse cuenta de que
ya no estaban completos, ni volverían a estarlo jamás. Pero también sabían que
todo sería diferente desde entonces, que sus casas iban a tener las puertas más
anchas, los techos más altos, los pisos más firmes, para que el recuerdo de
Esteban pudiera andar por todas partes sin tropezar con los travesaños, y que
nadie se atreviera a susurrar en el futuro ya murió el bobo grande, qué
lástima, ya murió el tonto hermoso, porque ellos iban a pintar las fachadas de
colores alegres para eternizar la memoria de Esteban, y se iban a romper el
espinazo excavando manantiales en las piedras y sembrando flores en los
acantilados, para que los amaneceres de los años venturos los pasajeros de los
grandes barcos despertaran sofocados por un olor de jardines en altamar, y el
capitán tuviera que bajar de su alcázar con su uniforme de gala, con su astrolavio[H26] , su estrella polar y su ristra de medallas
de guerra, y señalando el promontorio de rosas en el horizonte del Caribe
dijera en catorce idiomas: miren allá, donde el viento es ahora tan manso que
se queda a dormir debajo de las camas, allá, donde el sol brilla tanto que no
saben hacia dónde girar los girasoles, sí, allá, es el pueblo de Esteban. Gabriel
García Márquez (Aracataca, Colombia 1928 - México DF, 2014)
[H1]Promontorio:
Esta palabra tiene buena escritura por no tener claro su significado, la
selecciono.
Comentario [E1]: Se deriva del latín promintorium
(altura muy considerable de tierra), Altura considerable de tierra que avanza
dentro del mar.
[H2]Esta
palabra tiene error ortográfico. No se escribe sargos, se escribe sargazos.
Comentario [E2] Sargazos: Proviene del latín
[H3]Esta
palabra tiene error ortográfico. No se escribe cadaver, se escribe cadáver.
Significado: cuerpo muerto.
[H7]Esta
palabra tiene error ortográfico, no se escribe manzo, se escribe manso.
Significado: aplicable, muy bueno, tranquilo.
[H9]Esta tiene error
ortográfico no se escribe habrojos, se escribe abrojos.
Significado: planta de tallos rastreros y fruto redondo y espinoso.
[H10]Esta
palabra tiene error ortográfico, no se dice desescamar, se dice descamar.
Significado: acción de quitar las escamas.
[H11]Esta
palabra tiene error ortografico, no se debe escribir en masculino sino en
femenino ya que viene hablando de adjetivos femeninos.
Significado: falto, necesitado.
[H12]Esta
palabra tiene error ortográfico, no se escribe viril, sino viril.
Significado: varonil, edad en que el hombre ha
adquirido ya todo su desarrollo y vigor.
[H13]Esta
palabra tiene error ortográfico, no se escribe vastidor, se escribe bastidor.
Significado: armazón donde se fijan lienzos, vidrios,
etc.
[H14]Esta
palabra tiene error ortográfico, no se escribe aridas, se escribe áridas.
Significado: secas, estéril.
[H17]Esta
palabra tiene error ortográfico, no se escribe silvidos, se escribe silbidos.
Significado: sonidos agudos, producidos con soplos de los labios muy juntos.
[H18]Esta
palabra tiene error ortográfico, no se escribe travazaños, se escribe
travesaños.
Significado: pieza que atraviesa de una parte a otra.
[H19]Esta
palabra tiene error ortográfico, no se escribe verguenza, se escribe vergüenza.
Significado: turbación del ánimo causada por una
humillación recibida o por sentirse objeto de la atención de alguien.
[H20]Esta
palabra tiene error ortográfico, no se escribe botabaras, se escribe botavaras.
Significado: palo horizontal que junto con el mástil,
sirve para sujetar una vela.
[H21]Esta
palabra tiene error ortográfico, no se escribe tripotandos, se escribe
tricotando.
Significado: acción de hacer labores de punto,
especialmente a mano.
[H22]Esta
palabra tiene error ortográfico, no se escribe arcabus, se escribe arcabuz.
Significado: arma de fuego perecida al fusil.
[H23]Esta
palabra tiene error ortográfico, no se escribe exposito, se escribe expósito.
Significado: recién nacido abandonado en paraje público
o dejado en la inclusa.
[H24]Esta palabra tiene
error ortográfico, no se escribe olleron, se escribe oyeron.
Significado:
percibir sonidos por medio del oído.
[H25]Esta
palabra tiene error ortográfico, no se escribe áridez, se escribe aridez.
Significado: calidad de árido.
[H26]Esta
palabra tiene error ortográfico, no se escribe astrolabio, se escribe
astrolabio.
Significado: s.m. instrumento que se usó para observar
la altura de los astros y determinar la hora y la latitud.
Actividad Colaborativa
Construir un mapa mental, teniendo en cuenta las lecturas de la unidad 1 y las estrategias realizadas con anterioridad.
Un integrante del grupo entrega el mapa mental colaborativo por medio del Entorno de Evaluación y seguimiento - Fase de Planeación: Organizando ideas.
http://cmapspublic2.ihmc.us/rid=1PGQJXWDZ-1H5YJ72-2C7M/aporte%20trabajo%20colaborativo_organizacion%20de%20ideas.cmap
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